Prepárate hoy la agenda de mañana
Hasta la niñera más fiable del mundo se pone enferma a veces, y siempre es probable que tu bebé te sorprenda. Nunca sabes lo que te deparará el mañana. Por tanto, antes de salir del trabajo al final de la jornada, anota la agenda de oficina del día siguiente. De ese modo, cuando de repente te encuentres en la consulta del médico calmando a un bebé que llora, sabrás qué reuniones tendrás que cancelar para el día siguiente o a quién enviar en tu lugar. Cuando lleves contigo tu agenda, sabrás cuándo algo no puede posponerse y tendrás que buscar una guardería alternativa o decirle a tu pareja que le toca quedarse en casa con el bebé.
Dormir, dormir y… dormir
Tu primera semana de vuelta al trabajo será agotadora, por muy preparada que estés. Vete a la cama lo antes posible, ponte tapones y simplemente duerme. Asigna a tu pareja la tarea de atender al bebé, haz que te lo traiga para alimentarlo y debe asegurarse de que vuelve a dormir.
Establece prioridades estrictas
Las madres trabajadoras son personas increíblemente productivas, porque tienen que serlo. ¿Conoces la historia de las piedras en un tarro? La idea es que, para llenar un tarro con el mayor número posible de piedras, tienes que meter primero las más grandes, luego las medianas y, por último, las más pequeñas. Escribe tus tareas diarias esenciales en el trabajo; estas tareas que debes hacer absolutamente todos los días son tus piedras más grandes Así, si recibes una llamada urgente de la guardería diciéndote que recojas a tu bebé enfermo, ya te habrás ocupado de tus piedras más grandes.
Toma las grandes decisiones con calma
No tienes forma de saber cómo te sentirás cuando vuelvas al trabajo. Durante tu primera semana no tomes grandes decisiones. Es un momento muy emotivo para ti y todavía te estás adaptando a la vuelta al trabajo. En lugar de tomar decisiones precipitadas sobre tu equilibrio trabajo-familia, escucha atentamente tus sentimientos durante unas semanas para poder analizarlos adecuadamente y tomar las decisiones adecuadas para ti. Si sigues sintiendo la necesidad de pasar más tiempo con tu bebé, mira a ver si hay alguna forma de reducir tus horas de trabajo.
Date un capricho
Regálate una hora a la semana para hacer algo que te haga sentir bien: danza, yoga, pintura o cualquier otra cosa que te despeje la cabeza y te recuerde que eres más que una madre y más que una empleada. También eres una mujer independiente que se quiere a sí misma.